Si somos cuidadosos con nuestros cultivos, veremos que pretendemos que nuestras plantaciones estén siempre perfectas y sanas. Para tal fin, las cuidamos aportándole todo tipo de productos o haciendo costosas labores de mantenimiento, además de las dirigidas a incremento de la calidad y/o producción.

Si somos un poco autocríticos, nos daremos cuenta que hacemos de todo, pero no nos paramos a mirar prácticamente nunca, cómo se encuentran las raíces de nuestros cultivos.

Es un paso previo importantísimo para conocer todo sobre nuestro cultivo.

Ilustración 1: Calicata en parcela asesorada por IOland previa a instalación de estación monitoreo riego.

El sistema radicular por importancia se podría comparar a nuestro corazón o cerebro.

Uno de los problemas fundamentales con los sistemas radiculares es que quedan fuera del alcance de la vista. Por tanto, muchas veces no se les presta la atención necesaria. En ocasiones no relacionamos síntomas que observamos en las hojas o tallos con un problema en el sistema radicular.

En el centro de la raíz, hay un cilindro central que lo forman los vasos del xilema (transporte de agua y nutrientes hacia la planta) y los vasos del floema (transporte de asimilados como el azúcar hacia la raíz).

Los que sí miran sus raíces y hayan visto que el volumen radicular no está en condiciones aceptables, entienden que unas raíces débiles no podrán absorber nutrientes disueltos ni transportarlos eficientemente al resto de la planta

No es fácil poner ojos debajo del suelo y saber qué sucede con exactitud, pero hoy en día las técnicas en agricultura 4.0 permiten poder acercarnos a conocer si nuestras acciones van encaminadas a construir o destruir nuestro sistema radicular.

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